La Ilustración, la crema Chantilly y el código abierto

La receta de la crema Chantilly ha evolucionado. Desde sus inicios en el siglo XVII hasta las versiones deconstruidas más actuales, esta receta ha ido transformando con el tiempo en los fogones de generaciones de cocineros/as.

Las recetas son como el código abierto: alguien las inventa (en el caso de la crema Chantilly, François Vatel), aunque generalmente no se sabe ni quién, y otros/as las modifican y mejoran, o empeoran… Solo hace falta conocer las claves de la lengua (las dos, el apéndice y el idioma) y de la cocina.

Lo que pocas personas se paran a pensar es que el código, como la crema Chantilly, es una “receta” inventada en la Ilustración, que más tarde fueron refinando personas como George Boole, que inventó el álgebra de Boole en 1854, base de la aritmética computacional.

La tecnología digital está basada en un concepto matemático formulado en el siglo XVII por Gottfried Wilhelm Leibniz, quien propuso el sistema de computación binario, base del sistema de computación actual. La información digitalizada se registra en código binario, que son combinaciones de los dígitos cero y uno, llamados bits (la sustancia, esto es, la nata, el azúcar y la vainilla del mundo virtual). Estas combinaciones de ceros y unos denotan palabras e imágenes.

Otro concepto relacionado es el de colaboración. El código abierto –y las recetas— se enriquece con las aportaciones de la gente. El movimiento de fuentes abiertas aboga precisamente que todo el mundo tenga acceso al código fuente para poder usarlo y modificarlo mientras no sea para usos comerciales, en contraste con los sistemas “propietarios” y cerrados. El código abierto permite la iteración con y la evolución de la “receta”.

La tecnología digital permite que grandes cantidades de información se puedan condensar en aparatos cada vez más pequeños, móviles e incluso vestibles. La digitalización permite también acelerar las velocidades de transmisión.  Y las infraestructuras digitales han transformado completamente cómo la gente aprende, se comunica, trabaja, hace campaña y se involucra en la política y la vida social.

También han transformado cómo la gente cocina. Los/as cocineros/as, por ejemplo, pueden  compartir cómo elaboran sus creaciones estando presentes solo de manera virtual. Así pues, la crema Chantilly, la Ilustración y el código comparten mucho más de lo en principio se pueda pensar.

 

Miren Gutiérrez. Directora del Programa Experto “Análisis, investigación y comunicación de datos”. Universidad de Deusto.